martes, 13 de julio de 2010

Regalo de bodas para el dominicano ausente

Recientemente tuve la gran oportunidad y el placer de hacer las fotos para la boda de Merlit y Sandy. Esta pareja, que reside en el Estado de La Florida, Estados Unidos, vino al país a celebrar su boda, nada más y nada menos que en la ilustre Villa Altagracia, cantada a los cuatro vientos por el archi-conocido Sergio Vargas. Fue todo un privilegio trabajar con ellos, hacer las fotos previas al día de la boda y luego participar en la ceremonia y la recepción, las que fueron una de las más personales, cálidas y divertidas a las que he asistido.

Merlit y Sandy son dos personas divertidas. Ellos saben disfrutar la vida y se ríen de las ironías de la misma. Sus fotos, en muchas ocasiones, reflejan un histrionismo digno de artistas del mundo dramático. Esta capacidad que tienen, de reírse de la propia vida, creo que es un elemento fundamental en las personas que tienen suerte. Y es con esta suerte que pudimos lograr una de las fotos que más me gusta de la sesión pre-nupcial. Esta foto podría tener múltiples significados, pero estoy convencido de que a todo Dominicano ausente le removerá el alma (sé muy bien de esto ya que mi papá vive en los Estados Unidos desde hace más de 22 años). ¿No es así?


¿Qué es lo que más me gusta de esta fotografía? No sabría ni por dónde empezar. Pero les contaré cómo la hicimos. Estábamos en Adrián Tropical del Malecón haciendo la parte final de la sesión de fotos. Ya habíamos "asaltado por sorpresa" las mesas exteriores, el segundo piso (¿o será el tercero?), las escaleras y, ¡oh sorpresa!, nos encontramos de nuevo en el primer piso y Merlit, chica despierta y sagaz como toda Villa Altagracense, descubrió una güira y una tambora. Les había comentado que estos chicos reciden en USA desde hace unos años ¿verdad? Pues listo, ¡a tocar merengue! Se sentaron bajo la escalera, con todo y traje de novia y novio, y empezó el concierto... me agacho lo suficiente para descubrir esta bandera tricolor a mi izquierda. ¿La conocen? Me muevo un poco para mejorar la composición y captar nuestro escudo y... ¡click! Mi Nikon D80 y mi lente Sigma 24-70 f2.8 EX DG se encargaron de capturar la imagen a 1/125 sec., apertura de f/4.0 e ISO 100. Claro, recibí ayuda de dos Nikon SB-900, utilizando uno como commander y otro a través de un Lastolite 24x24 Ezybox.

De verdad que me sobrecoge esta experiencia de poder hacer una fotografía que trascienda más allá de los mismos novios.

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